Hoy voy a compartir algo muy personal que está dedicado a mis dos pequeñitas, Arantza y Enara, que son mis dos soles, las que han puesto mi vida patas arriba y la han dado un giro de 360 grados... Ya no imagino la vida sin ellas a mi lado, y cada día que pasa el amor es más grande... es inimaginable hasta donde puede llegar el amor por l@s hijo@s!
Este 24 de enero cumplirán 20 meses... ayer día 14 ha sido el día en que de una manera consciente, decidida y muy natural he concluido con esta etapa de lactancia. Por todo lo que he experimentado, por lo que me ha aportado y por lo que significa para mí, quiero dedicarles esta entrada a ellas, a modo de carta personal, que en un futuro podrán leer... podremos leer juntas.
Antes de nacer no sabía que pasaría... mi deseo era daros pecho pero no sabía si sería capaz, si tendría leche, si os agarrariais bien, si me dolería... Fue teneros entre mis brazos a las dos juntas, al salir del quirófano cuando lo primero que le dije a vuestro padre es que os colocase a cada una en un pecho... al momento estabais agarradas al pezón, succionando como si llevaseis tiempo haciéndolo! Lo que es el instinto! Que gran momento ese primero, de sentiros tan cerca, tan mías, necesitándome tanto... Fueron duros los primeros días, recién salida de una cesárea, con tanta demanda, con dolor y con una leche que no acababa de alimentaros a las dos hasta dejaros saciadas... comenzamos con la lactancia mixta que ayudó a que llenaseis la pancita. Intenté aumentar mi producción con sacaleches pero necesitaba todo el día para estar con vosotras y por la noche, el poco rato que tenía para descansar arañaba 20 minutos para el sacaleches... no pude llegar a remontar la cantidad que necesitabais pero decidí seguir apostando por daros pecho, aunque no fuese lactancia materna exclusiva.
Los primeros meses fueron los más difíciles para mi... erais muy pequeñas y necesitabais comer muy a menudo... lo pienso y me recuerdo con una a cada lado, en tándem, apoyadas en el cojín de lactancia y yo sentada en el sofá durante laaaargos ratos... o porque estabais mamando o porque ya os habíais quedado dormidas y moveros era llanto asegurado. La Lactancia, al igual que la maternidad, para mi ha supuesto momentos de todos los colores... de tranquilidad al estar con vosotras, en silencio, mirandoos y no pudiendo sentirme más feliz, de cansancio, porque hemos pasado muchas horas juntas, tanto de día como de noche, de soledad, porque es algo que solo podía daros yo... Pero que milagro tiene el pecho... como digo yo... es el antidepresivo natural, la calma al momento, la mejor medicina cuando habéis estado malitas... era poneros y se acabaron todos vuestros males... Sentir que he sido todo eso para vosotras me llena de felicidad y me hace sentir que ha merecido la pena.
Habéis ido creciendo vuestras necesidades también han cambiado y la demanda y el pecho también ha pasado a un plano diferente... Hemos pasado de estar siempre enganchadas a tomar pecho tras las comidas y para hacer la siesta o dormir por la noche... Todo ha sido progresivo y se han ido reduciendo los momentos del pecho a vuestras necesidades y a sentirme yo segura de ir sacando tomas porque ya no las reclamabais. Desde hace dos meses nuestro encuentro íntimo a tres bandas era justo antes de dormir. Ya hace meses que me estaba planteando destetar pero no sabía bien como hacerlo para que no fuese traumático y fuese algo progresivo y natural... He de decir que yo he tenido mis resistencias... era un querer y no querer a la vez que esto terminase.
Imaginaba terminar de otra manera, que os costaría más, que habría llantos y reclamo, pero ha sido de la manera mas natural y he dedido que ya era el momento... sobre todo por vosotras... Un noche sin niñas, la siguiente llegaron dormidas a casa ya hicieron dos noches sin pecho... Y ayer por la noche era el momento... o volver a poneros al pecho antes de dormir o daros el biberón en la cuna y esperar... Hicimos lo segundo... y no pasó nada... os dormisteis plácidamente sin decir nada y sin pedir "teta", "tetita"... Me habría gustado hacer un día más, de lactancia consciente, dando gracias por estos meses que hemos compartido juntas, pero pensándolo bien, por vosotras y viendo que os habéis quedado tranquilas lo he visto muy claro, y ya llegó el día. Vosotras comenzáis una nueva etapa, en la que seguis siendo una parte de mi, pero cada día os autoafirmais mucho más, vuestra personalidad asoma y nos mostráis como vais creciendo y aprendiendo. Yo comienzo otra etapa, me libero con pena y agradecimiento de la lactancia que tanto me ha aportado y enseñado, me doy un tiempo para mi, para cuidarme y para poder cuidaros...
Os he podido regalar estos meses de lactancia, de mami incondicional, de calorcito del bueno, de defensas, de calma y refugio. Me llevo vuestra mirada en esos momentos de amor incondicional, vuestros pellizcos, vuestros juegos juntas mientras mamabais y también vuestras peleas por ganar más espacio cerca de mami... Mis ratos de calma, de sonrisas y lágrimas... se me queda guardado para siempre en la memoria y en el corazón... Os escribo esto con un nudo en la garganta, con lágrimas en los ojos y con mucha alegría a la vez!
¡OS QUIERO PEQUEÑAS! GRACIAS POR ESTOS MESES DE LACTANCIA!