DE JOVENCITA... De Ague para Eneko y Amaia

Llegó el jueves y de nuevo tenemos la suerte de continuar con el espacio "Compartiendo Vida"!

Hoy es Agueda (Ague o Lunalunera para l@s amig@s) quién nos regala su experiencia personal y un montón de sentimientos con la llegada de sus dos retoños, Eneko y Amaia. 

Aunque Ague y yo solo nos hemos visto una sola vez, en su librería "DEUSTO" , gracias al señor Facebook nos conocemos un poquito más... Y os puedo decir que Ague transmite energía (de la buena), espontaneidad, espíritu crítico, humor, alegría y ganas de disfrutar la vida y su gente! (a que no me equivoco? jeje.).

Os dejo con ell@s!! Mil gracias Ague por compartirlo!! Y zorionak a los peques porque hoy es su décimo "cumple mes"!

"DE JOVENCITA"

De jovencita, de más jovencita, siempre había dicho que no quería tener hijos. Era algo que tenía clarísimo, hasta que el instinto maternal me llamó…Y no es que tocara suavemente con los nudillos en la puerta…se puso a pegar timbrazos como si no hubiera un mañana. Cuando por fin conseguí quedarme embarazada no supe muy bien por donde me daba el aire…había sido un proceso largo y la noticia me dejó descolocada. Cuando nos enteramos que iban a ser dos me di cuenta que la capacidad de sorprenderme no me había abandonado. “Es un niño” y “es una niña” son dos de las frases más bonitas que he oído nunca… He disfrutado el embarazo como una enana!

Hay una frase que siempre se adjudica a la maternidad que dice: “no sabes lo que es querer realmente hasta que no eres madre/padre”. No me la creo, no me la he creído nunca. Pero ahora, al tener en mi vida las dos personitas más preciosas que he conocido nunca, si puedo afirmar que tu escala de valores cambia, descubres en ti sentimientos que creías imposibles, el amor totalmente incondicional, la seguridad de que darías  tu vida por alguien que solo lleva contigo 9 meses en la tripota… Es algo tan fuerte, y tan maravilloso y que además aceptas con tanta naturalidad que a veces asusta.

No soy de las de algodones de azúcar, pajaritos que cantan y las nubes se levantan. Pero me he descubierto llorando recordando el día que les vi por primera vez, escuchando una canción pastelosa sobre un niño pequeño, y siendo totalmente consciente de que es lo más bonito que he hecho en mi vida, lo más importante, con la certeza de que lo que siento por Eneko y Amaia es incomparable a lo que he sentido o podré sentir jamás. Así que a veces caigo en tópicos, me paro un momento, les miro a los dos, y permito que la piel se me ponga de gallina y que la cabeza me susurre bajito, bajito: “esto es amor del bueno, el de para siempre, el de sin ti no quiero nada, pero nada de nada.” Podría escribir folios sobre esto, cada día se aprende algo nuevo, pero no quiero aburrir… Así que para terminar me gustaría agradecer a toda la gente que tengo a mi lado, que también hacen que esta experiencia esté siendo realmente GENIAL, a mi pareja, un superaitaxu en toda regla, a mi familia por supuesto, he tenido los mejores aitas del mundo, y cada día me demuestran que también son los mejores aitites, y a mis amig@s, que para los txikitines siempre serán sus ti@s, sin los que probablemente estaría al borde del ataque de nervios, por sus manos cuando las necesito y cuando no las necesito también. Menuda familia bonita que tienen Amaia y Eneko. La mejor. J